Bien, vamos a ver…intentaré ir
por partes para que no se hagan bolas y puedan entender este artículo al
completo.
Primeramente, decir que
aparte de mi ceguera, tengo una enfermedad llamada Lupus, la cual afecta mi
sistema nervioso. Esto me hace cuidarme del sol, saber trabajar el estrés, no
desvelarme entre otras cosas. De igual forma, hará cosa ya de un año que me
diagnosticaron epilepsia en el lóbulo temporal, lo cual, es un poquito más
complicado de explicar.
En resumen, los síntomas que
presento cuando me da un ataque son: alucinaciones, dolor de cabeza,
contracción de los músculos, (cosa que duele como el mismísimo infierno, por
cierto) irritabilidad, aturdimiento, fatiga, y en general, tengo una seria
incapacidad para tolerar los ruidos fuertes, porque son estos los que en su
mayoría, me disparan los ataques.
Ahora sí, pasemos al meollo
del asunto.
Soy de las que no se auto
compadece. Soy, de las que se ha abierto camino a codazos, entronconazos con la
gente y tropezando y cayendo más de una vez, pero siempre volviéndome a
levantar. Si se me presenta un obstáculo busco resolverlo, hacer las cosas por
mí misma. En la universidad, por ejemplo, si teníamos que leer un libro lo
buscaba en PDF por todos los medios para tener acceso a él. Con la PC, intento
ingeniármelas para utilizarla como cualquier otra persona, ya que el lector de
pantalla no siempre puede acceder a todas las páginas a las que necesito
entrar. Si cuando tengo un evento tengo que subir escaleras lo hago y punto. Si
me estrello contra algo me sobo el madrazo y ya está.
Pero lo cierto es, que ahora
con lo de la epilepsia, mi vida se ha visto bastante limitada, ya que no
soporto la gran mayoría de los ruidos. Si tengo que salir a la calle, e incluso
a reuniones familiares con poquita gente, tengo que tomar una bomba de
medicamento que me droga los sentidos y el cerebro, a fin de no tener una
crisis. Paso la mayor parte de los días encerrada en mi casa, pero he
encontrado cosas que hacer, aunque no me reporten ninguna remuneración
económica, yo las hago con todo el entusiasmo y el gusto, porque de eso a
quedarme viendo como pasa la vida, prefiero hacer eso. Tengo un título en
psicología que no puedo ejercer por lo mismo (lo cual me parece una ironía
tremenda, porque me maté estudiando), me han publicado cuentos y hasta tengo
una novela en papel, pero nada de eso me da para comer, porque mi novela fue
autopublicada, lo que quiere decir que yo pagué el tiraje, es más, ni lo pagué
yo, sino uno de mis tíos. O sea, que mi madre me sigue manteniendo, y eso sí me
avergüenza y me encabrona. Pero bueno, la vida es como es y qué le vamos a
hacer.
Empero, y a pesar de que me
siento muy orgullosa de mis pocos o muchos logros, me ha ocurrido algo que no
solo me parece irónico, sino una mentada de madre.
Y es que mi santo y virginal
padre se ha atrevido a demandarme. Resulta que él nos pasaba una gran,
descomunal pensión de cinco mil pesos para mi hermana y para mí (quien sigue en
la universidad, una universidad privada, además), pero como se enfermó (várices
esofágicas, principios de cirrosis) por tomar agua pura y alimentarse sanamente
(nótese el sarcasmo), pues ahora ya no quiere pagar nada. Al fin y al cabo,
pobrecito, tiene que dejar de beber y comer tantas porquerías grasientas…ah, y
además alega una insuficiencia cardiaca que no le noto por ningún lado, para
más, mi abuela que en paz descanse sí que no podía respirar (culpa del cigarro,
gente, no fumen) y no se andaba con jaladas. ¡Pero eso sí! El señoritingo sigue
saliendo de parranda, se va a comer tacos de puerco todos los fines de semana
y, para recalcar, él si puede trabajar a diferencia mía.
Pero vaya, cinco mil pesos…es
una miseria, ¿a que sí?
Lo que ha colmado el vaso de
mi paciencia y mi cariño incondicional de hija ha sido el descaro. Ese descaro
de que como su hija es brillante, tiene un título y además ya publicó un libro
(no mencionó lo de la epilepsia porque no, eso no le conviene al hombre),
entonces no necesita de él, quien sí se está muriendo y que ya no puede pasarle
pero ni un céntimo. Esa poca vergüenza para poner en mi contra todo lo que he
logrado partiéndome la madre y sin él (cosas que yo le compartí por imbécil,
porque es mi padre y quería que se sintiera orgulloso de mí), pero eso sí, sin
argumentar ni tener un poquito de consideración con el hecho de que
puñeteramente no puedo percibir un ingreso monetario por una enfermedad que no
pedí. Y todavía tiene el descaro de llamarme y decir que me quiere mucho…qué
poca madre, con todo el respeto.
¿Y por qué yo no demando?
Pues ahí va la otra parte
interesante: resulta que legalmente, solo se considera discapacitados a quienes
presentan alguna incapacidad mental. O sea, que ya me jodí.
Ahora entiendo muchas cosas:
porqué hay tanta gente pidiendo limosna en las calles, porqué los
discapacitados no quieren salir adelante, porque corren el riesgo de que sus
padres o tutores se caguen en ellos después, ya que encima, no hay ley que
proteja a los que están en silla de ruedas, ciegos, sordos, con parálisis en
alguna parte del cuerpo…Pero eso sí, al gobierno le encanta tomarse fotos con
nosotros, decir que regalaron no sé cuántos bastones y silla de ruedas. Es una
burla. Chingaderas, como diríamos en mi pueblo.
No voy a demandar porque no
tengo dinero para un abogado, porque las leyes en México son una mierda y
porque francamente, presentarse en los juzgados (cosa que para hacer, tendría
que estarme drogando a cada rato) es tan desgastante, ya lo viví con el
divorcio de mis padres, y te tratan mal, te gritan y te humillan, y encima los
jueces se venden al mejor postor.
Pero necesitaba decirlo. Y
pedirle a todos esos padres a los que les importa un pepino sus hijos… (Con
discapacidad o sin ella), que por favor, no sean tan canallas como el mío. Si
en verdad los quieren, muestren un poquito de consideración. El cariño no solo
se dice de dientes para afuera, se demuestra. Los hijos aprendemos a amar
incondicionalmente a los padres, desde pequeños ellos son nuestros héroes, y no
tienen idea de lo horrible que es el que esa persona a la que tú tanto quieres
se cague en ti. Por favor, les suplico no lo hagan.
Y respecto a las leyes de
México…métanselas por donde mejor les quepa.